lunes, 10 de noviembre de 2008

"DÍA DE LA RAZA"

12 de Octubre “Día de la Raza”

¿QUÉ SE FESTEJA?

El "descubrimiento" de América y la historia oficial…
¿Cristóbal Colón descubrió América en 1492? ¿O antes que él la descubrieron los vikingos? ¿Y antes que los vikingos? Los que allí vivían, ¿no existían? Cuenta la historia oficial que Vasco Núñez de Balboa fue el primer hombre que vio, desde una cumbre de Panamá, los dos océanos. Los que allí vivían, ¿eran ciegos? ¿Quiénes pusieron sus primeros nombres al maíz y a la papa y al tomate y al chocolate y a las montañas y a los ríos de América? ¿Hernán Cortés, Francisco Pizarro? Los que allí vivían, ¿eran mudos? Nos han dicho, y nos siguen diciendo, que los peregrinos del Mayflower fueron a poblar América. ¿América estaba vacía? Como Colón no entendía lo que decían, creyó que no sabían hablar. Como andaban desnudos, eran mansos y daban todo a cambio de nada, creyó que no eran gentes de razón. Y como estaba seguro de haber entrado al Oriente por la puerta de atrás, creyó que eran indios de la India. Después, durante su segundo viaje, el almirante dictó un acta estableciendo que Cuba era parte del Asia. El documento del 14 de junio de 1494 dejó constancia de que los tripulantes de sus tres naves lo reconocían así; y a quien dijera lo contrario se le darían cien azotes, se le cobraría una pena de diez mil maravedíes y se le cortaría la lengua. El notario, Hernán Pérez de Luna, dio fe. Y al pie firmaron los marinos que sabían firmar. Los conquistadores exigían que América fuera lo que no era. No veían lo que veían, sino lo que querían ver: la fuente de la juventud, la ciudad del oro, el reino de las esmeraldas, el país de la canela. Y retrataron a los americanos tal como antes habían imaginado a los paganos de Oriente. Cristóbal Colón vio en las costas de Cuba sirenas con caras de hombre y plumas de gallo, y supo que no lejos de allí los hombres y las mujeres tenían rabos. En la Guayana. Según sir Walter Raleigh, había gente con los ojos en los hombros y la boca en el pecho. En Venezuela, según fray Pedro Simón, había indios de orejas tan grandes que las arrastraban por los suelos. En el río Amazonas, según Cristóbal de Acuña, los nativos tenían los pies al revés, con los talones adelante y los dedos atrás, y según Pedro Martín de Anglería las mujeres se mutilaban un seno para el mejor disparo de sus flechas. (…)

(…) Por eso se conmemoró el Día de la Raza, que luego pasó a ser el Día del Encuentro. ¿Son encuentros las invasiones coloniales? ¿Las de ayer, y las de hoy, encuentros? ¿No habría que llamarlas, más bien, violaciones? Quizás el episodio más revelador de la historia de América ocurrió en el año 1563, en Chile. El fortín de Arauco estaba sitiado por los indios, sin agua ni comida, pero el capitán Lorenzo Bernal se negó a rendirse. Desde la empalizada, gritó: -¡Nosotros seremos cada vez más! -¿Con qué mujeres? -preguntó el jefe indio. -Con las vuestras. Nosotros les haremos hijos que serán vuestros amos. Los invasores llamaron caníbales a los antiguos americanos, pero más caníbal era el Cerro Rico de Potosí, cuyas bocas comían carne de indios para alimentar el desarrollo capitalista de Europa. Y los llamaron idólatras, porque creían que la naturaleza es sagrada y que somos hermanos de todo lo que tiene piernas, patas, alas o raíces. Y los llamaron salvajes. En eso, al menos, no se equivocaron. Tan brutos eran los indios que ignoraban que debían exigir visa, certificado de buena conducta y permiso de trabajo a Colón, Cabral, Cortés, Alvarado, Pizarro y los peregrinos del Mayflower.
A partir de la reflexión de Eduardo Galeano, nos podemos plantear distintos interrogantes de cómo y por quiénes fue habitada en un principio América.
Aunque en el fondo del alma y conciencia de todos, sabemos que nos arrancaron nuestras raíces para no poder crecer como pueblo, y así poder imponernos su cultura y sus ideales.


La Maldición de la Malinche

Amparo Ochoa
Composicion: Gabino Palomares


Del mar los vieron llegar,
mis hermanos emplumados

Eran los hombres barbados de la profecía esperada
Se oyó la voz del monarca de que el dios había llegado.
Y les abrimos la puerta por temor a lo ignorado.
Iban montados en bestias como demonios del mal
Iban con fuego en las manos y cubiertos de metal.
Sólo el valor de unos cuantos les opuso resistencia
Y al mirar correr la sangre se llenaron de verguenza.
Porque los dioses ni comen ni gozan con lo robado
Y cuando nos dimos cuenta ya todo estaba acabado.
Y en ese error entregamos la grandeza del pasado
Y en ese error nos quedamos trescientos años esclavos.
Se nos quedó el maleficio de brindar al extranjero
Nuestra fe, nuestra cultura, nuestro pan, nuestro dinero.Y les seguimos cambiando oro por cuentas de vidrio
Y damos nuestras riquezas por sus espejos con brillo.
Hoy, en pleno siglo veinte nos siguen llegando rubios

Y les abrimos la casa y les llamamos amigos.
Pero si llega cansado un indio de andar la sierra
Lo humillamos y lo vemos como extraño por su tierra.
Tu, hipócrita que te muestras humilde ante el extranjeroPero te vuelves soberbio con tus hermanos del pueblo.
Oh, maldición de Malinche, enfermedad del presente
¿Cuándo dejarás mi tierra..?¿cuándo harás libre a mi gente?

Así como lo expresa poéticamente Gabino Palomares,
y críticamente Eduardo Galeano, nosotros como adolescentes, también estamos de acuerdo en que no hay motivos para festejar ya que no hubo ningún descubrimiento, sino una conquista de blancos a indios.
Por eso creemos que debemos ayudar en la lucha de los Pueblos Originarios, para sacar a la luz la verdadera historia.

Sandoval Luciana
Gráfica Editorial
NORMAL SUPERIOR Nº 40
“ Mariano Moreno”